Inmortal Tubo (por Rafael Castillejo)

El Tubo debe su nombre a la estrechez de la calle Mártires.  Accediendo por ella, desde la Plaza de España, nos lleva a un supuesto final pues, en realidad, no es el final, sino la diversificación a izquierda y derecha de las calles Cuatro de Agosto y Cinegio, las cuales, a su vez, nos  introducen en toda la zona que ha tomado este nombre. 

Con el paso del tiempo, cual hijas legítimas que reclaman sus derechos,  otras calles como Libertad, Ossau, Estébanes, Blasón Aragonés, Pino, Méndez Núñez… o las Plaza de Sas y de Santa Cruz, han ido formando  parte de la zona del Tubo, llamada por algunos «ombligo de Zaragoza».

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Década años 60 – Gentileza: Archivo Fotográfico Diario ABC para «El desván de Rafael Castillejo».

 

Además del recuerdo de desaparecidos cafés, restaurantes, bares, cafeterías, tascas, casas de huéspedes, estancos, salones de limpiabotas, peluquerías, librerías de viejo, kioscos de prensa y tiendas varias, el Tubo está lleno de historias de personajes que, durante lustros, han venido ofreciendo abundante contenido para comentar, escribir y recordar unos tiempos que, no hace tantos años, parecían haber llegado a su final pero que, afortunadamente, se superaron para volver a vivir una nueva época de esplendor en la actualidad.

Los que fuimos niños hace décadas, siempre recordaremos lo que suponía acercarse a los llamativos escaparates refrigerados de algunos restaurantes donde pudimos conocer aquellas grandes langostas, cigalas, merluzas, cangrejos de río y demás ejemplares marinos, de cuya existencia sabíamos más por haber leído a Julio Verne que por haberlos degustado.  Y qué decir de nuestro primer bocadillo de calamares… o algo más tarde, de la curiosidad que despertaban en nuestros oídos adolescentes las canciones de Mary de Lis, Marga Castillo y tantas otras vedettes que escuchábamos desde la calle cuando, por nuestra edad, no nos era permitida la entrada.

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Década años 80 – El Plata – Autor: Antonio Calvo Pedrós.

Hoy, el Tubo vive su enésima juventud, repleta de nuevos y modernos establecimientos que conviven con algunos de los entrañables clásicos de entonces como Casa Pascualillo, Casa Lac, Bodegas Almau, Texas, Triana y, ¿cómo no?, El Plata.  Una zona tan popular como céntrica que recibe a diario a miles de zaragozanos y de visitantes, demostrando que, pasen los años que pasen, esta zona trasciende cualquier moda y es inmortal.  Casi tan inmortal como nuestra ciudad, Zaragoza.

Rafael Castillejo

 

Si quieres saber más sobre la historia del Tubo, entra a descubrir su historia.

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